jueves, 30 de abril de 2020

Reflexiones de Infancia

Reflexiones de Infancia

En otra entrada estuve hablando de mi infancia y de cómo Dragon Ball Z cambió mi perspectiva de muchas cosas y me introdujo muchos valores que aun sigo conservando. En la entrada de hoy quería hablar de una serie que me impactó en el mismo grado que Dragon Ball Z, pero en mi etapa de educación secundaria, esta serie era Naruto, (Como no, otra serie de esas chinitas pensareis) una obra maestra del dibujante Masashi Kishimoto. Cuando era pequeño esta serie me gustaba tanto que no paraba de dibujar, y de hablar de ella con mis amigos, pero unos cuántos chicos de clase les parecía algo “friki”, por lo que no hacían más que repetírmelo. Poco a poco, más gente decía que ver esas series era de gente rarita o friki, y a mí me afectaba mucho, puesto que la serie me gustaba, y era imposible que no me mirasen y quisiesen decirme algo para cachondearse de mí. No llegaba nunca a la agresión, pero este tipo de bullying me afectaba en todos lados en los que me relacionase con gente de mi edad, en el pueblo en el que vivía. Cuando iba a fútbol, era el friki, cuando alguien no me conocía, me presentaban como el friki, sin tener en cuenta si me dolía esa palabra o no. Claramente me jorobaba, porque lo decían a maldad.

Yo seguía en esa vorágine de insultos entre los que se hacían llamar mis compañeros, hasta que un día, encontré un nuevo amigo al que le gustaba Naruto tanto como a mí, por lo que no parábamos de hablar sin parar. Un día, este chico vino a visitarme, a pasar el día conmigo, y cuando los demás compañeros que tenía vieron que era como yo y que le gustaba lo mismo, no dudaron en hacerle la vida imposible. Ahí abrí los ojos, y aprendí que la gente así no merece la pena, no tienen por qué gustarle lo que a mí, simplemente quería que dejasen de molestarme, a mí y a mi nuevo amigo, por lo que no volví a quedar con esta gente que se hacía pasar por compañeros pero en realidad solo buscaban que te sintieses mal contigo mismo. Hoy en día, el chico con el que hablaba de Naruto sigue siendo mi mejor amigo, y apostaría un ojo al decir que seguirá conmigo toda la vida, sin embargo, los demás chicos de mi barrio, los que se hacían llamar mis compañeros, no son amigos ni entre ellos mismos, ahora están solos, y no tienen amigos que hayan durado tanto tiempo como los he tenido yo, por el simple hecho de no juzgar a nadie por lo que le gusta. El bullying está presente en todos, y pararlo o enfrentarte a él en ocasiones es algo personal.


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