Reflexión del bullying en mi centro de secundaria
Cuando empecé secundaria, recuerdo que había muchos
niños problemáticos y repetidores que no paraban de abusar de los demás. A mí nunca
me hicieron nada, pero a muchos conocidos sí, y cada vez que pasaba delante de
mí, sentía la impotencia de tener la obligación de hacer algo, ayudar a mi
compañero, o simplemente hacer algo para que dejasen de molestar. En muchas
ocasiones, habían profesores cerca y no se inmutaban, en esa época mi instituto
era muy problemático y algunos de los
profesores no querían involucrarse demasiado.
Este hecho sigue pasando en muchos colegios, y en
cierta medida es culpa de los profesores que no se enfrentan a estos alumnos y
les tratan de inculcar valores de respeto frente a sus compañeros. En muchas
ocasiones los alumnos no pueden “chivarse” de lo que les hacen, porque fuera
del instituto las cosas pueden ponerse feas, y conozco el sentimiento que puede
sentir un niño de no querer decir nada solo por no preocupar a nadie o no
querer involucrar a nadie. Por eso, pienso que cualquier caso de bullying tiene
que ser tratado con importancia porque puede traer problemas futuros muy graves
para los alumnos que hacen bullying, los que los reciben y los que los rodean.
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